La chilena más linda de todas

La plaza de armas de Santiago de Chile es el centro de expresión para todo tipo cosas. Cada tarde es fácil encontrar actores, músicos, mimos, predicadores, teatros, marchas y uno que otro comediante realizando su show en vivo. Fue precisamente en uno de estos shows que conocí a la chilena más linda de todas

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Después de atraer algunas decenas de personas a formar un círculo, del cuál yo era parte, el show comenzó. El comediante inició preguntando alrededor del círculo las nacionalidades de los presentes para romper el hielo. Resulté ser el único tico del lugar (cosa que no es de extrañar). Chistes iban y venían. Algunos buenos, algunos muy malos. Algunos xenofóbicos, otros vulgares y en ocasiones bastante crueles.

Después de algunos minutos y muchos más curiosos completando el círculo el comediante buscó entre la audiencia.

– ¿Tienes pololo (novio)? -El comediante dirigiéndose a la chica más tímida y menos atractiva que encontró en el círculo-.
– No.
– ¡Ni vas a tener mi niña, así te vas a quedar para siempre!

¡Las risas del público estallaron!, mientras la muchacha se hacía pequeñita de la vergüenza esquivando las miradas de los curiosos. A mi el comentario del pololo me chocó bastante, igual que a la chica.

Siguieron las bromas y tras unos minutos, a falta de creatividad, el cómico tomó de nuevo a la misma muchacha como pato de la fiesta.

– Mi niña te vamos a hacer el milagro aquí. ¡Vamos a conseguirte un pololo!

Comenzó preguntando entre la audiencia para identificar a los solteros. Algunos negaban asombrados pensando lo que seguiría después.

– ¿Cuál te gusta mi niña?
– Él. -Dijo la chica señalándome con el dedo-
– ¿El tico? -Dijo el cómico mientras todas las miradas caían ahora sobre mí-.
– ¡Pues ya está! El tico está viajando solo y aquí acabamos de encontrarle esta «belleza chilena». Venga para el centro mi amigo de Costa Rica y conozca a su nueva polola.

¡Las risas volvieron como un aguacero! Mientras la muchacha con su rostro enrojecido, fue llevada del brazo hasta el centro del círculo.

– Ahora vamos a ver si nuestro amigo tico acepta a esta lindura sudamericana. -Dijo mientras las risas continuaban-.

[…Momento de matarles la fiesta a estos bufones, pensé. Mientras me levantaba del suelo donde estaba sentado y caminaba hasta el centro del círculo.]

Un silencio repentino en medio del show.

– Mi amigo costarricense, te presento a… –Mariol, dijo la chica-, mira que calidad chilena. ¡Tu nueva polola! -Dijo el comediante con un tono de voz que ya empezaba a molestarme-.

Las risas comenzaron a desatarse entre la gente al ver la escena. Dos desconocidos en medio de aquel círculo de bufones. Todos esperando un desenlace que los hiciera reir.

– Hola Mariol, mucho gusto en conocerte, mi nombre es Víctor Hugo… -Me aproximé y le di un beso en la mejilla a la chica-.

Un silencio sepulcral recorrió la plaza por unos segundos. El cómico al verse sorprendido reaccionó rápido:

– Wow en Costa Rica de verdad no le tienen miedo a nada. -Dijo mientras trataba de recuperar la atención y el «chiste»-.

¡NO SEÑOR!, no es que él no le tenga miedo a nada. Es que a diferencia suya, él es un CABALLERO y ustedes unos idiotas. -Gritó una señora que hasta ese momento nadie había notado-.

El silencio permaneció ahora definitivamente. Algunos perdieron interés y se desvanecieron. Yo decidí volver a mi lugar en el círculo, he invité a Mariol a venir conmigo.

Nos sentamos en el suelo de aquella plaza. Más humanizados, más conscientes, más felices. En medio de aquellos burlones que nos miraban como extraños que acaban de destruir su entretenimiento.

[Las noches siguientes me reía al recordar las caras de asombro de los presentes. Como dejamos en silencio media plaza en un segundo. Una pequeña lección de vida que dimos dos desconocidos casi sin pensarlo.]

Después de aquel show compartimos algún tiempo juntos. Hablando y conociéndonos. Puedo dar fe del corazón tan grande y sincero de aquella chica de la plaza de armas. Mariol es la prueba de que la belleza va más allá de una simple imagen física y como puede llegar a tomarnos años para comprender esto.

Aquella tarde de abril tuve la suerte de conocer a la chica más linda de la plaza, a la chilena más linda de todas. 

Show de comedia en la plaza de armas

Esta aquí es la chica en cuestión, Mariol.